Ya de vuelta en Bilbao, tras un viaje que estuvo marcado por el atasco que se jamó el autobús, por el que he llegado con 45 minutos de retraso. Es verdad que podían haber sido bastante más, ya que por un fallo de cálculo he estado no muy lejos de perder el autobús, y el trayecto en metro hasta la estación ha sido un agónico mirar constantemente el reloj a cada parada. Por suerte en el cambio de línea ha sido llegar y venir un metro, por lo que finalmente no ha habido problema.
La pega es que he tenido que venir en el normal, que aunque más barato es más incómodo, y encima al no haber dónde enchufar el ordenador, no he podido venir viendo series y películas, que era mi plan. En su lugar he aprovechado para escrbir algunas cosillas y leer un poco.
En cuanto al fin de semana, pues poco que añadir a lo mencionado ayer. El sábado noche, nuevamente noche de juegos, con el divertidísimo Betrayal at house on the hill (aunque yo no ganara ninguna).
Dicho lo cual, me voy a dormir.
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