Hoy comienza la Euskal Encounter, a la que este año tampoco pienso asistir, pero que me ha traído el recuerdo de la primera a la que fui. A la que se celebró en San Sebastián en 2002.
Estaba yo con la carrera recién terminada, y ultimando los planes para interraíl, cuando me propuesieron el plan. No me había plenteado ir, ya que ni siquiera tenía ordenador, pero me prestaron uno, así que me apunté.
Éramos un grupo de 10 amiguetes, y nos alquilamos una furgoneta para poder llevar los ordenadores. Algunos tuvimos la suerte de ir cómodamente sentados delante (privilegios de haber sido el que alquilaba) mientras que otros fueron hacinados en la parte de atrás, sujetando los ordenadores.
Llegamos e instalamos ordenadores, que como siempre pasa, nunca funcionaban a la primera, y ahí nacieron los 3 mantras de toda buena party: "ayer funcionaba", "en teoría funciona" y "debería funcionar". Afortunadamente, acabó funcionando, y pude pegarme la tripada de Deus Ex (un juego bastante recomendable) o de Unreal, a cuyo torneo nos apuntamos, y aunque fuimos eliminados en primera ronda (creo que contra los campeones de España, o algo así), hicimos un papel bastante digno y aguantamos más o menos el tirón. Era nuestro máximo momento de forma.
Recuerdo haber dormido realmente poco. 2 horas la primera noche, 7 la segunda y 2 la tercera, y haber dormido semitumbado en el suelo del velódromo. Sí, en diagonal, de forma que solo el puro agotamiento permitía pegar ojo.
Y sobre todo ordenador, mucho ordenador. Tanto que una de las noches salimos fuera a beber unos litrillos y doy fe de que no miento si digo que veía las botellas con el HUD del Deus Ex. También recuerdo que cuando por fin salimos de día al mundo exterior, la luz prácticamente nos quemaba los ojos.
Pero mi mejor recuerdo de aquella party era el factor cuadrilla, el ir los 10 juntos a comer, el estar todo el rato unos con otros, haciendo unas risas, charlando, compartiendo partidas o archivos, con frases totalmente sacables de contexto sobre pepinos... eso que se fue perdiendo en sucesivas parties. Lo que hizo que hace 5 años decidiera dejar de ir, pues ya no era lo mismo.
Pero en aquella me lo pasé francamente bien.
Estaba yo con la carrera recién terminada, y ultimando los planes para interraíl, cuando me propuesieron el plan. No me había plenteado ir, ya que ni siquiera tenía ordenador, pero me prestaron uno, así que me apunté.
Éramos un grupo de 10 amiguetes, y nos alquilamos una furgoneta para poder llevar los ordenadores. Algunos tuvimos la suerte de ir cómodamente sentados delante (privilegios de haber sido el que alquilaba) mientras que otros fueron hacinados en la parte de atrás, sujetando los ordenadores.
Llegamos e instalamos ordenadores, que como siempre pasa, nunca funcionaban a la primera, y ahí nacieron los 3 mantras de toda buena party: "ayer funcionaba", "en teoría funciona" y "debería funcionar". Afortunadamente, acabó funcionando, y pude pegarme la tripada de Deus Ex (un juego bastante recomendable) o de Unreal, a cuyo torneo nos apuntamos, y aunque fuimos eliminados en primera ronda (creo que contra los campeones de España, o algo así), hicimos un papel bastante digno y aguantamos más o menos el tirón. Era nuestro máximo momento de forma.
Recuerdo haber dormido realmente poco. 2 horas la primera noche, 7 la segunda y 2 la tercera, y haber dormido semitumbado en el suelo del velódromo. Sí, en diagonal, de forma que solo el puro agotamiento permitía pegar ojo.
Y sobre todo ordenador, mucho ordenador. Tanto que una de las noches salimos fuera a beber unos litrillos y doy fe de que no miento si digo que veía las botellas con el HUD del Deus Ex. También recuerdo que cuando por fin salimos de día al mundo exterior, la luz prácticamente nos quemaba los ojos.
Pero mi mejor recuerdo de aquella party era el factor cuadrilla, el ir los 10 juntos a comer, el estar todo el rato unos con otros, haciendo unas risas, charlando, compartiendo partidas o archivos, con frases totalmente sacables de contexto sobre pepinos... eso que se fue perdiendo en sucesivas parties. Lo que hizo que hace 5 años decidiera dejar de ir, pues ya no era lo mismo.
Pero en aquella me lo pasé francamente bien.
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