La tarde de domingo amenazaba aburrida y sin planes, cosa que decidí aprovechar para escribir un poco para las jornadas, y después jugar a cartas (Juego de Tronos) con mi compañero de piso. Y en plena partida estaba cuando me ha llamado un amigo (Koldo) parfa proponer una pachanga de baloncesto, cosa que no practicaba desde hacía mucho tiempo. Pero como siempre está bien hacer algo de ejercicio, sobre todo estos días de verano, ahí que nos hemos ido el coarrendatario y yo, a echar unos tiros.
Es de agradecer que pese a llevar mucho tiempo sin jugar a baloncesto no he perdido facultades. Claro que tal vez esto sea debido a que nunca las tuve, aunque he empezado espectacular con un 3/5 en triples, porcentaje que luego se ha diluído, y cuando llegaba el cansancio los brazos no reaccionaban. Y la pelota no quería entrar.
Lo que sí se notaban eran los 15 kilos menos, con lo que cosas como "correr" o "saltar" eran más sencillas, y podía moverme sin extenuarme. Lo cual no quiere decir, claro, que no haya acabado reventado.
Eso sí, soy tan malo como lo recordaba. Pero lo hemos pasado bien.
Es de agradecer que pese a llevar mucho tiempo sin jugar a baloncesto no he perdido facultades. Claro que tal vez esto sea debido a que nunca las tuve, aunque he empezado espectacular con un 3/5 en triples, porcentaje que luego se ha diluído, y cuando llegaba el cansancio los brazos no reaccionaban. Y la pelota no quería entrar.
Lo que sí se notaban eran los 15 kilos menos, con lo que cosas como "correr" o "saltar" eran más sencillas, y podía moverme sin extenuarme. Lo cual no quiere decir, claro, que no haya acabado reventado.
Eso sí, soy tan malo como lo recordaba. Pero lo hemos pasado bien.
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