Todas las series suelen tener "su" bar, donde los protagonistas se reúnen, y donde a veces les pasan cosas importantes, o simplemente buenos ratos. En mi caso, si mi vida fuera una serie, ese bar sería sin duda el Azzurro, del que hoy voy a hablar. Está claro que soy muy subjetivo, ya que he pasado en él grandes momentos (y los seguiré pasando), y cuento a su gerente y camarero Sergio (cuyo cumpleaños es hoy) como a uno de mis amigos.
Pero dejando al margen mi propia perspectiva, puedo decir que el Azzurro es un bar especial. Para empezar, es el único bar que conozco que tiene videojuego propio, el adictivo Azzurro 8 bit Jam (descargable gratis aquí). Y también organiza cosas como los minimusicales, de los que ya he hablado alguna vez por aquí, o los rockaraokes del jueves.
Pero dejando al margen mi propia perspectiva, puedo decir que el Azzurro es un bar especial. Para empezar, es el único bar que conozco que tiene videojuego propio, el adictivo Azzurro 8 bit Jam (descargable gratis aquí). Y también organiza cosas como los minimusicales, de los que ya he hablado alguna vez por aquí, o los rockaraokes del jueves.
Si vamos a la música, el Azzurro dispone de un extensisimo catálogo musical, que engloba desde el pop más popero a la música más friki (aquí he descubierto auténticas perlas), aunque el género que más toca es la música heavy, logrando una curiosa combinación entre bar heavy y pub pijo. En cuanto a bebida, debo destacar el Azzurrito, marca de la casa, tan delicioso como azul. Porque en este bar, obviamente el color que predomina es el azul.
Pero lo mejor de este bar, reducido en cuanto a dimensiones, grande en su concepto, es el buen ambiente que se respita. Tanto por los camareros como por la clientela habitual, el buen rollo que se respira siempre es genial, y nos da un sitio muy amable y divertido en el que estar tomando unas copas. Y sirve tanto para tomarse algo un martes a las 10, como un sábado a las 2 de la mañana.
Termino, como no puede ser de otra forma, recomendando a quien no lo conozca, que lo visite al menos una vez (así Sergio dejará de apuntarme con la pistola), y diré como referencia que si llevo tantos años (más de 10) yendo a este bar, por algo será.
Pero lo mejor de este bar, reducido en cuanto a dimensiones, grande en su concepto, es el buen ambiente que se respita. Tanto por los camareros como por la clientela habitual, el buen rollo que se respira siempre es genial, y nos da un sitio muy amable y divertido en el que estar tomando unas copas. Y sirve tanto para tomarse algo un martes a las 10, como un sábado a las 2 de la mañana.
Termino, como no puede ser de otra forma, recomendando a quien no lo conozca, que lo visite al menos una vez (así Sergio dejará de apuntarme con la pistola), y diré como referencia que si llevo tantos años (más de 10) yendo a este bar, por algo será.
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