El sábado, como ya conté por aquí, recibí un severo golpe contra el marco de la puerta. O mejor dicho, el marco de la puerta recibió un severo golpe propinado por mi pie. A consecuencia de ello, tenía ciertas molestias al andar, con motivo de las cuales he acudido hoy al médico.
El de cabecera me ha dicho que podría ser que tuviera algo roto, y me ha remitido a urgencias. Allí, el médico que había me ha mandado hacer unas radiografías en las que sí se veía que había una fractura. Sin desplazamiento, pero fractura. Por tanto, ha procedido a escayolar. Y a recetar unos cuántos medicamentos, algunos de ellos punzantes, como el Clexane (no confundir con Clegane).
Al cuerno con mi racha de 34 años sin saber lo que es una escayola, y ya estaba pensando en cosas como la manera de quitarme el pantalón en casa, o cómo ducharme mañana. Le he preguntado cuánto tiempo iba a tener que tener el pie escayolado y me ha dicho que eso tendría que verlo el traumatólogo. Pero que aproximadamente unas cuatro semanas. 4 semanas, en verano... ya empezaba a ver comprometidos mis planes veraniegos. Además, también veía que mi racha de imbatibilidad, sin haber cogido nunca una baja médica, también se tambaleaba.
He pedido cita con el traumatólogo, y afortunadamente me ha podido atender prácticamente al instante. En cuanto me ha visto el pie me ha preguntado si podía andar. Y cuando le he contado que con algunas molestias, pero que andar sí que podía, ha procedido a quitarme la escayola (20 minutos he debido de estar con ella puesta) y a cambiarla por un bastante menos aparatoso vendaje. Así pues, mañana podré ir tranquilamente a trabajar. Y la verdad, lo de un mes en casa puede sonar tentador, pero la sensación de alivio al ver que me quitaba la escayola, y de pensar en todo el trastorno que eso supone, amén de todos los papeleos que una baja conlleva, no ha sido poca. Mejor lo de estar operativo, aunque implique tener que ir a trabajar.
Así pues, se perdió mi "virginidad" escayolera, pero no mi racha de no cogerme bajas. Y que siga así mucho tiempo.
El de cabecera me ha dicho que podría ser que tuviera algo roto, y me ha remitido a urgencias. Allí, el médico que había me ha mandado hacer unas radiografías en las que sí se veía que había una fractura. Sin desplazamiento, pero fractura. Por tanto, ha procedido a escayolar. Y a recetar unos cuántos medicamentos, algunos de ellos punzantes, como el Clexane (no confundir con Clegane).
Al cuerno con mi racha de 34 años sin saber lo que es una escayola, y ya estaba pensando en cosas como la manera de quitarme el pantalón en casa, o cómo ducharme mañana. Le he preguntado cuánto tiempo iba a tener que tener el pie escayolado y me ha dicho que eso tendría que verlo el traumatólogo. Pero que aproximadamente unas cuatro semanas. 4 semanas, en verano... ya empezaba a ver comprometidos mis planes veraniegos. Además, también veía que mi racha de imbatibilidad, sin haber cogido nunca una baja médica, también se tambaleaba.
He pedido cita con el traumatólogo, y afortunadamente me ha podido atender prácticamente al instante. En cuanto me ha visto el pie me ha preguntado si podía andar. Y cuando le he contado que con algunas molestias, pero que andar sí que podía, ha procedido a quitarme la escayola (20 minutos he debido de estar con ella puesta) y a cambiarla por un bastante menos aparatoso vendaje. Así pues, mañana podré ir tranquilamente a trabajar. Y la verdad, lo de un mes en casa puede sonar tentador, pero la sensación de alivio al ver que me quitaba la escayola, y de pensar en todo el trastorno que eso supone, amén de todos los papeleos que una baja conlleva, no ha sido poca. Mejor lo de estar operativo, aunque implique tener que ir a trabajar.
Así pues, se perdió mi "virginidad" escayolera, pero no mi racha de no cogerme bajas. Y que siga así mucho tiempo.
1 comentario:
Y seguro que dicen que la culpa es mia.... TT__TT
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