Hay una cosa que adoro de Italia y es su gastronomía. Por eso no pongo ninguna objeción a cenar dos día seguidos de italiano. Hoy, porque toca cena con el grupo de teatro, y ayer porque se me acababa ya el plazo para canjear un bono de groupalia en el que por 26 euros tenía cena para dos, con botella de lambrusco y "tarifa plana de pasta". El sitio en cuestión era el Fra Diavolo, en Algorta, y he de decir que salimos bastante contentos. La intención era ponernos hasta las patas, y desde luego que hambre no pasamos. De hecho, aunque podíamos repetir cuanto quisiéramos, incluido ya en el precio, no hizo falta, pues con lo "básico" ya nos llenamos. Y lo que más me gustó fue el servicio, que era una gozada de amabilidad y rapidez. Y teniendo en cuenta que incluso sin cupones, los precios son razonables, la relación calidad-cantidad-precio es más que sobresaliente. Vale, no es la mejor pasta del mundo, y no alcanza a otros sitios, como la Tagliatella, pero baremando todos los factores, lo convierten en un sitio a tener en cuenta.
Y hoy a la noche, otra vez italiano. Voy a reventar. De placer, pero reventar.
Y hoy a la noche, otra vez italiano. Voy a reventar. De placer, pero reventar.
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