Antes de empezar la función.
De regreso a casa, tras un relativamente cómodo viaje en el autobús Premium (a pesar del desconsiderado que me ha despertado la siesta al pillarme las piernas por echar atrás su asiento sin mirar si había alguien detrás ni preguntar si molestaba, o de que el conductor se pusiera a comentar su vida a voz en grito con la azafata), relato el breve periplo madrileño. El viaje fue también en autobús, que aproveché para ver la bellísima "Cinema Paraíso", y una vez allí, nos ubicamos en el hotel (bastante céntrico y adecuado al precio), para ir a hacer la visita de rigor a Manu y Pilar, y un Iván que pasaba por ahí. vale, la excusa era ver los hurones.
La visita fue breve, ya que había que cenar antes de ir al teatro. A las 21:30 nos metimos a ver el musical, del que ya me extenderé más pero que puedo catalogar de espectacular. A la salida, un encuentro con unas conocidas hace que la cosa se prolongue casi hasta las dos de la mañana.
Y hoy, algo de turisteo, viendo el Palacio Real, la Ópera por fuera, y una cosa curiosa que no sabía ni que existía, el templo de Debod; un verdadero templo egipcio, trasladado piedra a piedra a Madrid, y habilitado como museo. Y además, gratis.
Templo de Debod.
Después de culturizarnos, hemos quedado para comer con el señor Rosendo en una parrilla argentina, y se nos ha unido después Silvia, a la breve sobremesa, ya que el autobús salía a las 5, y no era plan de andar con prisas.
Así, una visita breve pero fructífera, aunque sin poder ver a todos los que me hubiera gustado ver.
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