Aunque lo parezca, no soy el tipo de la barba.
A falta de nada mejor que contar, se podría decir que este ha sido un fin de semana dedicado a las películas de terror, a pesar de que Halloween fue hace ya una semana y no estoy escribiendo esta entrada con Internet Explorer.
Empezando por lo obvio, hoy he ido a ver la fabulosa Cabin in the woods, sobre la que mañana me extenderé más, pero que recomiendo encarecidamente, pues me ha encantado. También en el género de terror, he visto otro capítulo de la serie Harper´s Island (entretenida sin más, ya me explayaré cuando la termine).
No menos terrorífico, y por desgracia menos ficticio, fue el partido de baloncesto de ayer, sobre el que prefiero no explayarme, y donde lo único positivo es que lo vi con los amiguetes del basket, a los que siempre es un gusto ver. Luego había cena en el Gino´s, pero dado que había tenido comilona en el chino a mediodía, y todavía estaba lleno, decliné la oferta.
Siguiendo con el orden inverso del fin de semana, y también con el género terror, el sábado por la mañana tocaba ir a ver muebles de baño, donde nos dieron un grimorio, perdón, catálogo, de donde habrá que elegir, y el viernes tocó ir a mirar puertas. Todo un mundo.
Y eso ha sido cuanto ha ofrecido este fin de semana, lógicamente más corto que los anteriores.
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