Con compañeros y excompañeros de trabajo.
Ayer fue un día muy social. Por una parte, a mediodía nos juntamos algunos de los que habíamos estado trabajando juntos en los tiempos de la RGI, antes de fragmentarse la oficina, que nos gusta quedar de vez en cuándo. Unos potes primero y luego la búsqueda de sitio en el que comer, para acabar yendo al restaurante de Sabinetxea (el pan muy rico, sí, y la merluza estaba bien, pero las lentejas, meh...)
Tras la animada sobremesa, cogí el metro para ir a Erandio, pues se representaba "El señor de Martiartu", obra en la que participan dos de mis compañeros del grupo de teatro de los lunes, y apetecía ir a verles. Ellos muy bien, la obra a mi juicio no tanto. Tenía puntos geniales, es verdad, pero era excesivamente larga (dos horas y cuarto), con lo que a ratos se hacía cansada.
Después, a la vuelta, un poco de arreglar el mundo por Bilbao y a casa, que como puede deducirse de la hora de la entrada, hoy tocaba levantarse pronto.
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