El de verdad me llega la semana que viene.
Este año Olentzero ha venido generoso, pues mi padre ha tenido a bien sorprenderme con el regalazo que se deduce de la foto, y es que a partir de enero compartiremos nuestra otra gran afición deportiva: el fútbol y más concretamente el Athletic de Bilbao, que esperemos que nos vuelva a dar grandes alegrías.
Pues sí, después de mucho tiempo con el chincho, por fin soy socio del club de mis amores, y podré ir a mi localidad de San Mamés, bocadillo en mano a cantar los bacalaos y emocionarme con el espíritu de Zarra, Pichichi, Toquero... E incluso, ¿quién sabe? Puede que me anime a hacer alguna salida con el equipo. Con la final de Bucarest me quedé con las ganas de ir, pero este año (que huele otra vez a final), Varsovia no se me escapa.
Así que el 11 de enero estaré vestido de rojiblanco para ver al Elche, y como soñar es gratis, fantaseo con que los Reyes Magos no se hayan quedado atrás y me traigan el carnet de abonado del Baskonia, pues casi tanta ilusión como ir a San Mamés, me la produce ir al Buesa.
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