El reparto.
Ayer hice mención al show del domingo, el experimental pase de "Los ImprovisAMOS", un grupo de improvisación teatral cómica con el que pusimos en práctica, delante del público, las técnicas del método Harold.
Con una sala a rebosar, pequeñita pero a rebosar, tanto que hubo gente que se tuvo que sentar en el mismo escenario, fuimos haciendo los números y pasándolo como enanos. Y a juzgar por las risas de la gente, parece que ellos también se divertían.
Con un orden prefijado (lo único que estaba prefijado), fuimos haciendo los siguientes números:
-La canción: De forma totalmente anárquica, íbamos saliendo a la palestra a cantar hasta que venía un compañero y nos quitaba el puesto, de forma más o menos civilizada y completamente caótica.
-La frase y la palabra: El público dice una palabra y debemos hacer, cada uno, una frase con esa palabra. Recuerdo que estaban "Mamerto", "Paquidermo" y una tercera que se me ha olvidado.
-Las tres frases: En pareja, y con un tema elegido por el público, hay que representar una escena compuesta únicamente por tres frases. La palabra que nos tocó fue Irán.
-La radio: Este gustó muchísimo. Cada uno éramos una emisora de radio y uno hacía de dial, con lo que teníamos que hablar cuando se nos ponía delante. Este ejercicio demostró que al público le interesan los hidrocarburos. Luego había una segunda tanda en la que el público proponía tema y digamos que fue un tanto escatológico. Debo decir que este es el ejercicio que considero más complicado de hacer, y el que más concentración requiere.
-La explicación: El público pregunta y por turnos explicamos. Tuvimos que explicar lo que era un esfinter, un cosmonauta y un ornitorrinco.
-Status alto-Status bajo: De tres en tres, improvisamos una escena en la que dos personajes tienen un estatus alto (mandones y autoritarios, para entendernos) y el otro bajo (apocado). Un sketch sobre gallinas y otro sobre los Reyes Magos (cosa del público, a mí no me miren).
-Alimentando una fobia: Este ejercicio alimentaba también el histrionismo. Uno tiene una fobia y dos se la tienen que despertar. En mi caso me toca interpretar una fobia tan mundana y cotidiana como la Xanthoinfratalasofobia (miedo a los sumbarinos amarillos).
-Los poetas: Otro de rapidez. El público dice terminacioes y cada uno de nosotros ha de recitar un verso que rime con esa terminación. "on", "ada" y "aga" son las que nos mandan.
-Escena de las preguntas: ¿Sabéis la fama de los gallegos de contestar a una pregunta con otra? ¿Os imagináis de qué iba el ejercicio? ¿Qué podíamos hacer con los temas "gallegos" y "pecerastas"? "¿Y qué es un pecerasta? ¿Es obvio que las palabras las mandaba el público?
-La escena escalonada: De menos a más. Hacer por parejas una escena in crescendo, incrementando el nivel de la emoción del 1 al 5, pasando por los intermedios. En mi caso, el tema elegido es "teatro" y la emoción es la preocupación por no haberme estudiado el guión de la impro.
-La palabra prohibida: En esta actuamos todos a la vez. Cada uno tiene una palabra (la mía era "sí", que manda cojones), de forma que cada vez que alguien decía la palabra clave de otro, había que salir o entrar de la escena. El tema era "una cocina" y el resultado, como siempre pasa aquí, caótico. Caótico pero divertido.
Y esos fueron los ejercicios. Una experiencia muy gratificante que probablemente repitamos a finales de enero. La verdad es que posiblemente sea la vez que más me he divertido subido a un escenario.
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