Macarena Gómez, perturbadora.
Las musarañas son unos pequeños roedores que viven en madrigueras y pueden envenenar a animales más grandes que ellos para defenderse. Y los paralelismos con esa afirmación dan sentido al título de esta película, un inquietantante thriller, con aires hitchcockianos, producida por Alex de la Iglesia, lo que para mí suele ser garantía de calidad.
Gira sobre Montse (Macarena Gómez), una mujer de principios de los años 50, hipercontroladora y religiosa hasta el extremo, que vive encerrada en su casa a causa de una terrible agorafobia que le impide salir, siquiera al descansilo. Vive con su hermana (una aorable Nadia de Santiago), una chica más normal (no es que lo tenga muy difícil, que vive bajo el peso del sentimiento de culpa (su madre murió en el parto) y el yugo de su hermana mayor, la cual tiene visiones en las que se le aparece, o es lo que cree, su desaparecido padre, el siempre soberbio Luis Tosar.
Y su "tranquilidad" se ve rota por la llegada del vecino Carlos (Hugo Silva), a quien Montserrat tiene a bien "acoger" al más puro estilo "Misery". Y ya no cuento más de la trama, que tiene su chicha, incluyendo un final que, o no lo he entendido, o está sujeto a posibles interpretaciones.
La pelúicula está bastante bien realizada, generando una atmósfera opresiva y a pesar de patinar en algún momento, alcanza un nivel bastante elevado, así como las interpretaciones, donde cabe destacar a la "mala" de la película, Macarena Gómez, que transmite verdadera angustia con cada una de sus miradas (si bien, no consigue desprenderse de su tono de voz tan característico, que recuerda inevitablemente a su personaje en "La que se avecina"). Pero sin duda se marca un Papel con mayúsculas.
Sí tiene, en lo negativo, muchas escenas en las que se rompe la suspensión de la incredulidad y fuerza un poco a hacer algunos saltos de fe, pero en general me parece una película más que correcta.
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