¿Me concede usted este baile?
¡Qué facil es acostumbrarse a lo bueno! Con este Bilbao que recuerda al de sus tiempos buenos, los partidos de casa se acaban pareciendo, ya que todos acaban igual, con victoria. Sobre todo cuando el equipo es de la zona baja de la tabla. Salen despistados, no la meten en un barreño, el otro equipo se sube a las barbas, se van en el marcador y toca remar para acabar ganando el partido con facilidad. Y fiel a ese guión ha sido el partido contra Manresa, que ha demostrado por qué está tan abajo en la clasifciación. Hoy no se ha jugado bien, pero es que el equipo visitante tampoco tenía demasiados argumentos, y ni cuando iban 10 arriba parecía haber motivos para la intranquilidad. Al final, 86-77 aplicando la ley del mínimo esfuerzo. También se agradece que al final sí que haya jugado Marko Todorovic, que en teoría estaba tocado, y por flojo que sea Manresa, sin Hervelle, Todorovic (ni Gabriel) igual nos la podían liar.
Pero bueno, 15 victorias en 20 partidos, y tiene pinta de que dentro de 14 jornadas, cuando termine la liga regular, estaremos entre los 8 primeros y jugaremos Play-off.
Y naturalmente, debo dedicar unas líneas al merecido homenaje a Roger Grimau, jugador que me encantó las tres temporadas que estuvo aquí y volvía hoy a Miribilla como jugador visitante. Aunque afortunadamente no ha estado nada fino.
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