Un lujo formar parte.
Ayer fue el día grande, en el que representamos ante el público nuestra obra "La puebla de las mujeres", destacando ese nuestra, ya que la habíamos mimado mucho y habíamos puesto muchas cositas de nuestra cosecha, amén de los cambios corporales a los que algunos nos hemos sometido para llevarla a cabo.
Pero el trabajo tiene su recompensa y la obra salió a pedir de boca, gustando mucho al público y sobre todo gustándonos mucho a nosotros. El teatro es un deporte de equipo y es una gozada ver cómo hemos crecido colectivamente, consiguiendo una química muy especial entre los que componemos esta clase de los lunes. Incluyendo una parte musical, en la que teníamos que cantar "La piconera" como parte de la obra.
Don Cecilio, con su efímero bigote y su (no se me alarmen) exagerada barriga.
Pero aunque la más importante, no ha sido la nuestra la única obra de teatro que ha ocupado mi tiempo este fin de semana, ya que ayer, antes de la nuestra, vimos "El caso del señor vestido de violeta", del grupo del martes y hoy "El sueño de una noche de verano", a cargo de los del miércoles.
Sin embargo, el show debe continuar, y si bien con estas obras ha terminado el curso 2014-15 en Muzzik, todavía queda más teatro, ya que el sábado que viene, en el muelle de Marzana, nos juntamos nuevamente los ImprovisAmos, para hacer el tonto delante del público. Aunque esta vez sin mi querida barba, que hubo de ser ayer sacrificada en aras a la comedia. Del bigote diré que lo tuve tan solo el rato que duró la función, que yo así no me atrevo a salir a la calle.
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