Una partida de Blacksad fue una de las actividades del sábado.
Este fin de semana, del que ya empecé a hablar ayer comienza el viernes con otra edición del club del libro, que fue seguida por unas rondas de zumos y chocolates en el Stromboli y unas cañas por Indautxu hasta las 2 o así. Tampoco muy tarde, que el sábado me quería levantar relativamente pronto.
El motivo de madrugar el sábado ya lo medio-anticipaba el jueves, y es que este año voy a participar en carnavales en el juicio de Farolín y Zarambolas, y por eso nos reuníamos en grupo que lo haremos, para recibir una formación teatral exprés (aquí tenía la ventaja de ir ya con la lección aprendida) y conocernos como grupo, por lo que hicimos una pausa para bocadillo y potes, como pausa de la sesión en la que empezábamos ya a organizar lo que será el evento.
Eso fue más o menos hasta la sobremesa, y partí hacia la lonja, donde tenía que dirigir una partida de rol. En este caso mi partida de Blacksad, "Parque zoológico", que sale a gusto de los jugadores. Y ya que estoy en la lonja, después de ir a cenar, una de juegos de mesa, hasta la 1 o así.
El domingo por la mañana es de caserismo, y de tratar de rellenar el hueco de la tele dejado por la maravillosa serie "Narcos", que terminé de ver el viernes. Me animo a cambiar totalmente de registro y me veo el piloto de "Jonathan Strange and Mister Norrell", que es cortita. A ver qué tal (ya comentaré por aquí cuando termine de verla). También maldigo no haber podido ver el partido del Bilbao Basket, que gana apuradamente en Zaragoza.
Por la tarde cojo el coche para hacer una visita sorpresa a la familia en Zaratamo, con el propósito de llevarles su regalo de reyes: un ejemplar de "La herida de los diferentes". Aunque lo malo de las visitas sorpresa es que puede ser que llegues y los visitados no estén, como ha sido el caso. Por suerte mi primo andaba casualmente por ahí, y le he podido entregar la mercancía.
Después de volver y aparcar (al ser el coche prestado me toca ir a dejarlo en Santutxu), paseíto dominical y a casa, que ya mañana toca madrugar.
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