Casi la habría preferido con doblaje latino, para terminar de tener el toque cutre que merece.
Kung Fury es una película sueca de 2015 que rinde tributo a las cutrepelículas de acción de los 80 y lo hace, la verdad, con bastante gracia. El argumento va de un policía de Miami, experto en artes marciales (y cuyo compañero de trabajo es un triceratops) que debe hackear el tiempo para retroceder al pasado y derrotar a Hitler.
Con esta premisa tan seria uno ya sabe lo que se puede esperar, pues Kung Fury está hecha en clave de obvio cachondeo, con todos los clichés posibles e incluso errores voluntarios de imagen que rememoran de manera genial los tiempos del VHS.
La película es cortita (31 minutos) y la verdad es que no tiene desperdicio. Ideal para ver en cuadrilla.
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