En sus mejores gasolineras.
Argumento sencillo, casi sacado de una serie de anime. Chico cambia de colegio y conoce a una chica que le gusta, de manera que trata de impresionarla con su grupo musical, pero hay un pequeño problemilla: ese grupo no existe y lo tiene que formar. Así que, siguiendo los cánones del género, se junta con una banda de patanes y la película nos cuenta el nacimiento y éxito del grupo Sing Street, con todos los obstáculos que se encuentra por el camino. ¿Y dónde mejor que en una ciudad tan hermanada con la música como Dublín?
Y con esos ingredientes, pues una historia muy amable de amor, humor, amistad y música, con el acierto de ambientarse en los años 80, época que musicalmente caló mucho, y con una estética muy pintoresca, con lo que juegan aquí, en una película en los que los aficionados a la música podrán captar muchas referencias y reconocer muchos estilos, tanto en la estética como en una banda muy acertada, tanto en los temas que la acompañan como en los creados para la misma.
Hay películas que las dices "no está mal, pero sin más", luego lo piensas y, degustando el buen sabor de boca que te ha dejado, te das cuenta de que realmente te ha encantado, y al cabo de un tiempo te ves escuchando su banda sonora, dándote cuenta de que, a pesar de pasar bastante desapercibida fue una de las mejores películas de 2016. Me ha encantado, y es de esas películas que le hacen salir a uno del cine con una sonrisa.
Lo que parecía que iba a ser, es: sencilla y entrañable.
Hay películas que las dices "no está mal, pero sin más", luego lo piensas y, degustando el buen sabor de boca que te ha dejado, te das cuenta de que realmente te ha encantado, y al cabo de un tiempo te ves escuchando su banda sonora, dándote cuenta de que, a pesar de pasar bastante desapercibida fue una de las mejores películas de 2016. Me ha encantado, y es de esas películas que le hacen salir a uno del cine con una sonrisa.
Lo que parecía que iba a ser, es: sencilla y entrañable.
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