Pero sin Sobera.
Dentro de poco voy a cambiar de trabajo. Esta afirmación es tan cierta como tramposa. No, no me voy a ir de Diputación (y si el 28 de diciembre digo otra cosa, que nadie me crea), y tampoco voy a cambiar de departamento. Voy a cambiar de puesto, aunque es un poco "sí, pero no".
La explicación es que se acabe de resolver el concurso de traslados, por medio del cuál los funcionarios de carrera podemos irnos a trabajar a otros departamentos o servicios, y al hacerlo desplazamos al interino que lo ocupa (si lo hay). En mi caso, estoy encantado en la oficina, y no tengo la menor intención, al menos de momento, de cambiar de sitio. Pero una compañera es interina, y veía su sitio peligrar, pues había gente que había concursado para esa plaza, de manera que para evitar que se tuviera que ir, lo que hice fue concursar a su plaza, pues nada impide concursar a la plaza de al lado. Mismas funciones, mismo centro de trabajo, pero a nivel orgánico, dos plazas singularizadas y diferenciadas.
Hoy han sacado las listas provisionales, y de los que optaban a ese puesto yo era el que tenía más puntos, así que a mí me dan esa plaza y a la compañera la mandan a la mía. Es decir, nadie tiene que cambiarse y todo sigue en orden y armonía en la oficina.
Así que técnicamente dentro de poco cambiaré de puesto de trabajo, pero sin cambiar ni de silla.
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