En un momento de la obra.
Pues ya está. 5 meses de trabajo condensados en 50 minutos, aplausos y el vacío que deja, pero con la satisfacción del deber cumplido. Agotado pero contento me dejaba la función de ayer, con una obra que salió muy bien y gustó al público, y sobre todo nos gustó a los actores, que disfrutamos mucho haciéndola, hasta el punto de que si al bajar el telón me hubieran dicho que solo habían transcurrido 10 minutos de obra, me lo habría creído.
Pero todo lo bueno se acaba, y habrá que esperar para volver a actuar en un escenario. Ahora me quedo con el regusto positivo y la sensación de ir creciendo cada vez un poco más como actor. Y, lo más importante, creo que es lo más suelto que me he visto nunca sobre unas tablas.
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