Y el ordenador del trabajo vuelve a su maletín.
Mañana empieza un nuevo mes, junio, lo que significa que se termina el horario de invierno y con él las tardes. Eso también significa que se acaba el teletrabajo, pues las tardes las hacía en casa, donde básicamente tenía que atender llamadas telefónicas, y las mañanas las hago siempre en modalidad presencial.
Y con un poco de suerte, el ordenador que hoy he metido en la bolsa, podría quedarse ahí para no volver, pues por una parte es cierto que no me termina de convencer a mí mucho esto de trabajar desde casa (opiniones hay para todo, pero en mi caso, probada la experiencia, si tengo que trabajar prefiero que sea en el trabajo y poder desconectar del todo cuando estoy en casa) y por otro lado, porque si en octubre se reabre la atención presencial por las tardes, eso sería un síntoma de que la situación pandémica ha mejorado mucho.
Dentro de unos meses conoceremos la respuesta.
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