Mochi, devorando a su presa.
Hace un par de semanas unos amigos adoptaron una hurona, a la que han bautizado como Mochi, y hoy ha sido la presentación en sociedad, de modo que nos han invitado a su casa a merendar y ver al bichillo, para el que la merienda a veces éramos nosotros, pues su forma de jugar es mordisquearlo todo, humanos incluidos.
Un amor de animalillo, que como todavía es jovencito resulta aún más adorable de lo que ya de por sí suelen ser los hurones.
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