¿Pero entonces, tienen Covid o no?
Adaptación, y se nota, de obra de teatro a cine, es la historia de unos amigos que se juntan para cenar en casa de uno de ellos, que es millonario, y surge el dilema "¿prefieres que te dé 100.000€ ahora o 1.000.000 dentro de diez años?", pregunta que según su pareja es un test de personalidad para diferenciar entre impulsivos (los que cogen la pasta) y pacientes (los que esperan), lo que a todas luces es una gilipollez, dado que no es un tema de control de impulsos, que no todo el mundo puede permitirse el lujo de renunciar al dinero constante (ah, el teorema de las botas de Pratchett...).
Total, que ese dilema es la chispa que genera el conflicto y una interesante película de las de "qué amigos somos al principio, pero cómo va saliendo mierda en todas direcciones", donde destaca por encima de las demás la actuación de Carlos Santos (poca sorpresa con este enorme actor).
La película es agradable de ver, y tiene momentos muy buenos, pero debo desatacar dos cosas negativas; una es que el final no me termina de convencer, y en su búsqueda de salirse del final típico queda un poco churro y otra, que me cabreó bastante con la película (lo digo en serio), que la película se utilice como vehículo para difundir bulos absurdos, en este caso sobre el impuesto de sucesiones, donde una de las tramas es que a un personaje le tienen que prestar dinero para poder pagar a Hacienda y acceder a una Hacienda millonaria, y si no la pierde. Mira, no me toques los...
¿Ignorancia supina del director? ¿Perlita política "por si cuela"? Si es la primera, tirón de orejas, si es la segunda, tirón de otra parte del cuerpo, que no me gusta ir al cine a que insulten mi inteligencia (para eso ya tengo a Roland Emmerich).
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