Aunque ya sea septiembre, el verano no se quiere ir.
Aunque así dicho pueda parecerlo, no hemos podido establecer relación directa entre la semana grande de Bilbao y el gripazo/loquesea que me tuvo un par de días en cama y el resto de la semana reptando por casa, pero llevaba ya un par de días con esto desatendido y de alguna manera había que llamar a la entrada de hoy. Entrada que, dicho sea de paso, tampoco es que tenga mucho que contar, pero hay que rellenar un poco.
El viernes en casa haciendo un poco la seta, unas compras y luego de visita a la lonja, poco más que a saludar y cena con mi señora novia en el Ipindo, pero poco más: cena y a casa. El sábado aprovecho para dar una vuelta con pintxopote matutino y la tarde quedamos con un amigo, con la excusa de darle su regalo de cumpleaños, y terminamos cenando en un indio, para acabar la noche en el parque, con unas cocacolas, a lo veinteañero.
Y hoy, pues poca hostia también: mañana de no hacer nada tarde de cine (El test) y ahora en un rato he quedado para jugar a juegos de mesa, que mañana no trabajo.
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