Y tras el desorden, se adivina una tele.
Aún faltan un par de arreglos y terminar de mover las cosas, más la nada apasionante tarea de ordenar todo lo que está empaquetado en cajas, pero esto está ya casi hecho. Y otro paso de la recta final ha sido instalar Internet (con los extras, como telefonía fija y televisión), lo que hace de este inmueble una casa perfectamente habitable. Salvo por el terrible desorden que sufre ahora mismo, inherente a lo que es una mudanza.
Por tanto, esta es la primera entrada que escribo desde mi nueva casa, lo que abre también una nueva etapa para este blog.
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