lunes, 19 de mayo de 2014

Agur BBK

¡Patada! 

En las  mudanzas hay que soltar mucho lastre, y en eso se había convertido mi cuenta en esta entidad. La conservaba para tener una cuenta conjunta con mi inminente ex-compañero de piso para hacer frente a los gastos comunes (agua, luz, gas...) y al cesar la convivencia, esta carece de sentido. Y como tampoco estaba especialmente contento con la BBK (al final son casi todos igual de mangantes, no nos engañemos, pero estos me mangaban a mí), he ido a cancelar ambas cuentas.

Pero el verdadero ladrón siempre tiene un as en la manga, y estos señores había tenido a bien calzarme 20 euros de comisión en concepto de una tarjeta nueva, pues la mía caduca el 31 de mayo. La tarjeta nueva ni la he activado ni la he usado, ni lógicamente iba a suceder eso. Pero cobrarla, bien que la cobran.

Por suerte, y sin ofrecer demasiada resistencia (solo ha habido que matar 3-4 rehenes) me han dado mis 20 euros, ya que no había justificación para cobrármelos. Pero claro, así funcionan. Meten comisioncitas pequeñas por todas partes, que la gente no se va a quejar porque es poco dinero, y con todo lo que sacan de la gente que no se queja, facturan millonadas. 

Y de hecho, al cancelarla he visto que tenían los santos cojones de cobrarme 8,80 euros de comisión al cancelarla, que cuando he preguntado de dónde salían me ha dicho sin inmutarse que eran de la parte proporcional de la comisión de mantenimiento del semestre. Y como ni me apetecía discutir, ni tenía tan claro que esa estuviera mal (a diferencia de los 20 euros de la tarjeta, que era algo clamoroso), me he despedido y marchado de esa oficina para siempre. Con la sensación de que me han tangado 9 euros a la cara, pero también la de que me habrían tangado 20 si no me llego a dar cuenta.

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