¡Anda, una tele!
Uno de los muebles principales en todo salón es el reproductor de televisión o aparato televisor, más comunmente llamado televisión o "tele". A veces, de forma despectiva, la caja tonta.
El salón de mi casa no es una excepción, y tenemos uno de estos apaatos. Aunque es cierto que casi nunca lo utilizo como tele, ya que es prácticamente un monitor para el ordenador que utilizo para ver películas y series (sí, amigo Wert, bajadas de Internet), y de vez en cuándo para la X-box.
Pero lo que es programación televisiva, desde que vivo en esta casa, bien poco. No es un tópico, casi nunca veo la tele. De hecho, estuvo durante meses desenchufado el cable de antena, y yo ni me enteré. Y cuando descubrí que no se veía la TV, tampoco me importó demasiado ahondar en las causas, hasta que mi compañero de piso, que tampoco ve la tele, se percató de por qué no se veía ningún canal.
Así, hoy es de los poquísimos días que me ha dado por verla, concretamente la ETB, donde he podido disfrutar de los últimos minutos del partido que jugaba el Bilbao Basket en Bélgica, contra el Spirou Charleroi, en un partido que han ganado con rotundidad. Y esto tampoco es muy habitual (lo de verlo en televisión, no lo de que ganen), ya que tampoco soy muy fan de ver el baloncesto en la pantalla.
Pero hoy, aunque suene raro que sea algo reseñable, he visto un rato la tele.
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