Una instantánea del partido.
Ayer dos cosas que no suelo hacer habitualmente. Una salir de fiesta, y la otra que hago aún menos habitualmente, jugar a baloncesto. Pero hacer ejercicio, dicen, es sano. Así que nos reunimos en las canastas de debajo de la autopista para echar unos tiritos. Yo sigo siendo igual de malo jugando a baloncesto que siempre, pero al menos me di el gustazo de meter alguna que otra canasta, incluso con algún triple, o una canasta de espaldas, perfectamente defendido.
Después, tras el postpartido y una buena ducha, tocaba ir a cenar, así que pizza fue la palabra elegida. Y tras la pizza, un poco de bailoteo: Azzurro, Bluesville, Blue Moon... (una noche, sin duda, muy azul), y para terminar, una de karaoke, donde solo nos faltó cantar un blues.
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