Los actores, antes de la obra.
El llanto de Dédalo, la historia de la caída de Ícaro desde los cielos hasta el Infierno, el castigo a su desmedido orgullo, eran los elementos de la obra que nos tocó representar ayer en la sala Bilborock.
Era la de ayer una tarde dedicada a la mitología, y los diversos grupos representábamos piezas relacionadas con mitos y leyendas. Casi todos tirando de mitología griega, salvo el grupo de los martes, que se atrevió con el folklore gallego y la Santa Compañía.
A diferencia del año pasado, no tuvimos que esperar demasiado tiempo desde que llegamos hasta que nos tocó actuar, y a las 7 de la tarde ya habíamos realizado la obra. No sé qué opinión se llevarían los espectadores que se acercaron a ver la obra, pero la experiencia fue nuevamente gratificante. Ahora, a preparar Bodas de Sangre.
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