Al menos no es Deusto.
Antes de que nadie empiece a echarse las manos a la cabeza porque Pixar tire de secuelas, es preciso recordar que precisamente una secuela, Toy Story 3, es una de las mejores películas de la factoría Pixar. Aunque en este caso no estamos ante una secuela, sino una precuela, pues nos cuenta la historia de cómo James Sullivan y Mike Wazowski (sí, he tenido que buscar en Google) se conocieron y cómo obtuvieron su empleo en la prestigiosa Monstruos S.A., tras su periplo universitario.
Pues bien, la película pasa el corte holgadamente, y la verdad es que podría verse perfectamente sin conocer la anterior, de manera que perfectamente podría ser Monstruos S.A. la secuela de Monstruos Universidad, que en cualquier caso, a mí me ha gustado bastante. Tal vez tiene el problema de que a Pixar ya le exigimos mucho, muchísimo, y el listón está más que elevado (a pesar del patinazo de Brave, eso sí).
En esta ocasión, a pesar de que en Monstruos S.A. el protagonismo estaba más repartido, aquí claramente la estrella de la función es Mike Wazowski, el simpático bichejo verde (con extra de simpático cuando sale de niño) y la historia, plagada de clichés y estereotipos de campus americano, es manida pero eficaz: grupo de pardillos que se enfrenta a las olimpiadas universitarias, cuando nadie espera nada de ellos, y acaban triunfando. Pero mola, y a los secundarios también se les coge cariño.
Y como no podía ser de otra manera, con un bonito corto (la historia de amor entre dos paraguas) y una escena después de los títulos de crédito.
A mí me pareció supersalao.
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