Palacio, más florar que foral.
Un evento que me gusta bastante del Bilbao Moderno es la Noche Blanca que se celebra por estas fechas, y más concretamente ayer. Esta vez la luz y el color eran los protagonistas de esta noche que decoraba Bilbao.
Primero en Abando, donde vimos el edificio coloreado, y deahí al Ayuntamiento, donde unos simpáticos monigotes luminosos se pegaban trastazos en la fachada de la casa consistorial. Pero palidecían ante el espectáculo de la fachada del Arriaga, donde el juego de luces conseguía simular muy bien el derrumbe del edificio, muy espectacular, por medio de un vídeo en el que el propio edificio era la pantalla.
De ahí nos fuimos a lo que se ve en la foto, el Palacio Foral, sede de la Diputación de Bizkaia, donde solo había color, y nos dirigimos al otro plato fuerte, a la Plaza Arriquibar, donde otro vídeo (que lógicamente usaba la Alhóndiga como pantalla), nos contaba de forma muy vistosa la historia de este edificio, incluyendo un muy logrado incendio.
De ahí al Museo de Bellas Artes, al que no llegamos a entrar, pero que nos mostraba cómo dos árboles se transformaban en Paul Gauguin y Francisco Durio.
Por lo que a hoy respecta, aprovechando que hacía un sol nada habitual por estos lares, una vueltecilla por Zierbena primero, y algo de relax en la playa de Castro después, donde el Ayuntamiento tuvo a bien estafarme 12 euros, tras ponerme una divertida multa de OTA en una zona en la que no estaba señalizada por ninguna parte.
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