Party hard!
Huyendo un poco de las fiestas de Bilbao ayer opté por cambiar de aires y acercarme a Castro Urdiales, lugar que pese a tener playa no usé ayer para bañarme, pues el tiempo no acompañaba, siendo la visita rápida. Básicamente pasar la tarde, hacer noche allí y volver hoy después de comer.
Y precisamente lo de comer bastante bien, tanto la cena de ayer, una rica pizza en una pizzería del puerto, de aspecto infame pero delicioso sabor y hoy la comida en todo un hallazgo, el restaurante italiano Di Stefano (zona Ostende, para quien conozca Castro), con todo riquísimo y de gran calidad, desde los panecillos del principio hasta la fabulosa tarta de queso mascarpone. Muy a gusto, la verdad.
Por la noche, como puede deducirse, una orgía de alcohol y baile.
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