Cuando vino a Bilbao.
Una leyenda viva del baloncesto, un mago de la pelota naranja y un jugador con el que hace años no nos habríamos atrevido ni a soñar, pero que acabó jugando en Bilbao... una estrella sobre la que cualquier halago es poco, y que ha anunciado hoy que se retirará del baloncesto al acabar la temporada. Deja así un vacío que costará mucho llenar, no solo en Miribilla sino en el baloncesto español, pues ha sido un jugador muy admirado por sus aficionados y respetado siempre por los de los demás equipos, uno de esos jugadores que envidias cuando juegan con otra camiseta.
No está bien alegrarse de las lesiones ajenas, y menos cuando eso supone truncar una carrera, como la que podría haber tenido Raül en la NBA con su indiscutible talento. Pero mentiría si no dijera que gracias a ellas acabó jugando en Bilbao, y aunque esta temporada da claras muestras de desgaste, nunca olvidaré que a él le debo algunos de los momentos más emocionantes que he vivido como aficionado al baloncesto, como esa canasta contra Siena, que podría ver una y otra vez sin cansarme de ello:
Todavía no se ha ido y ya le estamos echando de menos.
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