¿A quién vas a llamar?
Sin lugar a dudas, la película del verano. Dinámica, audaz, gamberra y muy divertida, con personajes que molan (Holtzmann es maravillosamente genial) y un verdadero tributo a la película original. Entretenida de principio a fin, me tuvo pegando botes como un niño, y en especial cada vez que sonaba la legendaria musiquilla, en cualquiera de sus variedades.
Una escena inicial perfecta para la ocasión enlaza con la presentación de los personajes y la creación del grupo, al que se unen las nuevas adquisiciones (en claro paralelismo con la película original), cazan un fantasma, ganan una cierta fama, chocan con las autoridades locales, pasa algo que desencadena el apocalipsis y tienen que dar lo mejor de sí mismas para salvar el día. Sí, un esquema muy similar a los Cazafantasmas originales, pero con la suficiente personalidad propia como para no limitarse a parecer un calco. Habiéndose sabido adaptar muy bien a los tiempos modernos, coge los mejores elementos de la versión de 1984 para presentar una más que digna sucesora que cuenta con el mérito de ser disfrutable por sí misma y a la vez ser un regalo los fans de los Cazafantasmas originales, con cameos, referencias (visuales, sonoras y de personajes) y coñas, como ese monstruo final, que no podía ser otro. Y risas, muchas risas (¡con el mejor exorcismo de la Historia del cine!). Si esto es matar mitos de la infancia, por favor, que me los maten todos, que he disfrutado esta película con 38 años tanto como disfruté la otra con 6.
Y al terminar la película unos divertidísimos títulos de crédito, capitaneados por un soberbio Chris Hemsworth, dan paso a una escena en la que se abre la puerta a una posible secuela, si bien me temo que el inexplicablemente escaso éxito en taquilla de la película hará que no la haya. Pero si se alinean los astros y hay secuela, me vale con que sea la mitad de buena que esta para ir de cabeza.
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