Esto también viene de Japón.
Un alto en este largo fin de semana de 9 días para hablar del día de ayer y la mañana de hoy, que si no, se me van acumulando las cosas y lo acabo haciendo el domingo a la noche con pereza y prisas.
Por la tarde nos fuimos a Getxo, donde se celebraba el salón anual del cómic. Para la saca un recopilatorio de historias de Vázquez, a muy buen precio. El salón lo vimos mucho más apagado que otros años, muy desangelado, de manera que para las 20:00 ya estábamos fuera (creo que ni una hora estuvimos ahí). Y dado que habíamos quedado a las 21:00 para cenar con unos amigos en Algorta y hacía bueno, en vez de coger el metro nos fuimos dando un paseo.
La cena consistió en una de sushi casero, en la que la diversión estaba tanto en hacerlo como en comerlo, acompañado todo ello de una cata de cervezas (yo me quedé mirando con mi copa de agua, que no soy nada cervecero) y unos deliciosos postres, de los que quitaban el hipo. Un brazo de gitano de chocolate y otro de mascarpone y fresa.
No nos retiramos demasiado tarde, lo que hoy me ha servido para levantarme pronto, pues tenía que volver a Getxo a por dos cosas. La primera, que se intuye de la foto, era atacar un stand con cómics viejos, entre los que había de mi querida Dragon Ball, colección que hice en el instituto. Sin embargo, sabía que en algún momento a lo largo de estos años se me habían perdido algunos números, pero no sabía cuales, de modo que a primera hora de la mañana me he plantado en el trastero de mi señor padre para hacer inventario.
Ya con la lista he ido a Getxo, con la esperanza de encontrarlos, y he sacado lo que en los juegos de rol se llama un "crítico en Buscar", pues a la primera, y los tres que me faltaban estaban ahí, juntitos y bien a la vista.
Mi otro propósito era aprovechar que estaban firmando ejemplares los autores del cómic "Tiempo al tiempo"; Jaime Martínez y Desiree Bressend, cosa que descubrí ayer, pero como no suele ser un cómic que lleve habitualmente encima, no pude pedir que me lo firmaran al momento, y he tenido que volver. Pero ahí estaban hoy también, muy majetes ellos, y hemos estado charlando un poco sobre la serie y el merchandising mientras me firmaban el libro y Jaime me dibujaba un Alonso de Entrerríos.
Y para volver a casa, como tenía tiempo y hacía bueno, he vuelto dando un paseíto hasta casa. 10 kilómetros de nada.
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