Me refería a algo más metafórico.
El puente de la Inmaculada Constitución es el que me ha llevado de viaje, aunque ya estoy de vuelta. La idea original eran las jornadas Rolea, pero cuando se cancelaron me propusieron este plan alternativo, que era una kedada de la vieja guardia en casa de Iñigo (aunque esta vez éramos poquitos) y, como hacía mucho que no iba, me apunté.
Esto empezó el miércoles por la tarde, que me fui hasta Zorroza dando un paseo hacia el punto de encuentro, pues es ahí donde nos habría de recoger Pablo con el coche. Nos fuimos juntando y ahí que fuimos a la capital aragonesa.
Llegados a CasaIñigoTM nos instalamos y repartimos camas (a mí me toca el sofá cama del salón, ideal para interrogatorios del Santo Oficio), salimos a por unas hamburguesas de cena y luego nos ponemos con juegos de mesa, siendo el Dominion el elegido a falta de una opción mejor.
El jueves por la mañana nos vamos al cíber de Iñigo, pues él tenía que trabajar, y entre otras cosas nos echamos unas timbas de Unreal Tournament.
Acabada la mañana nos pedimos unos pollos para comer y nos ponemos a jugar una partida de Dune, que no terminamos ese día. Por la noche, un par de capítulos de series (Big Mouth y Apartamento 23) y a dormir.
Viernes por la mañana nos vamos de compras, visitando las tiendas de juegos de Zaragoza, y luego otro rato al cyber, hasta que nuestro anfitrión terminara su jornada laboral. Hecho eso, asaltamos un Domino´s Pizza y nos ponemos tibios a comer.
De sobremesa terminamos la partida de Dune (con inverosímil victoria de mis Fremen en el ultimísimo turno) y nos vamos a dar otra vuelta antes de cenar... pero estamos tan llenos que ni cenamos.
Para terminar la noche, una partida de La búsqueda del anillo, en la que soy vilmente apalizado por los Nâzgul, tertulia y a dormir, que hoy sábado había que levantarse pronto.
A las 9:30 ya estábamos desayunando y poco después en ruta. Antes de las 13:30 ya estaba en casa.
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