Bilbao anochediendo.
No es, o no debería ser, algo que sorprenda, ya que pasa todos los años. Se va acercando el verano y la consecuencia lógica es que los días son más largos (y más que van a serlo dentro de un mes), pero llega ese momento en el que algo nos hace click y caemos en la cuenta. Hoy he ido al cine, y al salir a las 21:45, todavía la noche no era cerrada, síntoma inequívoco de que se acercan los días más largos del año.
Y eso es algo que me pone de buen humor.
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