En la exposición siempre parece fácil.
Hoy he aprovechado la mañana del sábado para hacer un plan que de normal me horroriza, pero que a veces es necesario: ir a una gran superficie a comprar cosas para la casa. Concretamente un lavabo, pues dicen los expertos que es útil tener de eso en casa.
El problema que tiene mi recién adquirido inmueble es que el baño es muy pequeñito, y el espacio entre el lavabo y el inodoro es muy angosto, lo que obliga a optimizar espacios, y me he tenido que ir a la búsqueda de modelos que sean lo suficientemente estrechos como para no tener que superar un récord olímpico de contorsionismo cada vez que me quiera duchar.
Lo que por suerte sí he tenido la prudencia de hacer ha sido preguntar si además del mueble y el lavabo tenía que comprar algo más, que he visto que el grifo se vendía por separado. Y vaya que si había, pues eso no trae sifón ni válvula, que no termino de tener muy claro qué función ejerce cada uno, pero habría sido épico tener el mueble y ver que no me sirve por faltar esos componentes.
Esta semana, se supone, me traerán el mueble del lavabo. A ver...
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