Un equipo jugaba, el otro miraba las musarañas.
Partidazo hoy en Miribilla. Una auténtica batalla entre colosos del deporte, repleta de emoción y jugadas increíbles, con una intensidad en cada lance, que hacía brillar este como uno de los mejores partidos de la historia de este deporte, algo que las generaciones venideras recordarán con admiración.
Hecha la gracieta sarcástica, toca decir que, como se veía venir, el partido de hoy ha sido una pachanga infumable, en la que solo el Nymburk parecía tomarse las cosas en serio y se ha roto antes de llegar al descanso en favor del equipo visitante. Y digo que se veía venir porque hoy era un partido completamente irrelevante, pues pasara lo que pasara Bilbao iba a terminar líder de grupo y Nymburk colista, así que la única lectura que se puede hacer del partido que hoy es la que ya sabemos: sin equipo no se toma el partido en serio, se lo lleva el otro. Y siendo uno tan intrascendente como el de hoy, la verdad es que me da bastante igual.
La segunda fase será otro cantar.
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