Aquí la primera.
Llega una de las superproducciones del año, continuación de una película que, si bien me gustó, tampoco me terminó de enamorar, y aunque esta segunda parte tiene sus innegables virtudes, he de decir que me ha gustado menos.
Me ha gustado menos porque creo que peca de lo mismo que pecaban las partes de la primera que no me gustaba (un abuso de planos largos, lentos y monótonos) y se centraba, como tampoco podía ser de otra manera, en la parte que menos me gustó, que eran las andanzas de Paul Atreides (un Chalamet que me sigue sin gustar nada para este papel) con los Fremen en el desierto. De esto lógicamente no me puedo quejar, que sabía a lo que venía, pero es un hecho que me ha gustado menos. También pasa, aunque también sea lógico, que auquí la historia ya no necesita esa presentación del mundo y de los personajes, que con tanta brillantez nos deleitaba la primera (esa parte me encantó, ya lo dije). Y claro, si a una segunda parte le quitan lo que más te ha gustado y se centran en lo que menos, pues el resultado está condenado a parecerte peor. Por otro lado, la parte de las visiones mesiánicas que tan pesada se me hizo en la primera, aquí estaba mejor o más comedida, y no me molestó tanto. ¿Es esto una crítica? No necesariamente, es pura cuestión de preferencias.
Crítica me parece que creo que se regodea en exceso en su lentitud, y que se llega a hacer repetitiva hasta el exceso, pareciendo a veces que podrían saltarse o repetir secuencias enteras y tampoco pasaría nada. Sin embargo, creo también que a aquellos a los que fascinó la borrachera visual que nos ofrece Villeneuve, posiblemente salgan satisfechos de esta nueva entrega de las peripecias en el planeta desértico.
Por mi parte, tampoco voy a decir que me haya disgustado del todo (pese a hacérseme un poco bola hacia el final), pero tiene pocas papeletas para aparecer en mi top de mejores películas de 2024.
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