Por poner algo típico, la Giralda.
Hace apenas media hora que he llegado a casa, de vuelta de mis minivacaciones en Sevilla. El viernes salí de casa prontito, para ir al aeropuerto, y después del vuelo y de comer ya en Sevilla, después de comer, según llego a las jornadas, a dirigir.
Ya la cosa empieza un poco mal cuando me dicen que tengo que compartir habitación con un desconocido (lo que no me supone mayor problema) y llave, que solo tienen una copia. Eso ya me parece peor idea, y cuando me estoy quejando, aparece Jordi, a quien sí conozco, y como solución, llegamos a que mejor compartir llave y habitación con un conocido que con un desconocido.
Apenas he terminado de dejar mi mochila en la habitación, cuando me reclaman para dirigir, la partida de rol en vivo "Fuego en el deseirto", que sale muchísimo mejor de lo que yo me esperaba, y es que debo admitir que no daba dos duros por ella. Pero resulta funcionar.
Después de cenar, a dirigir de nuevo, "Extraños en la noche", partida que sí había cuidado y mimado más, y que sale a pedir de boca, encantando a los jugadores, que la verdad es que pillaron desde el principio muy bien de qué iba la cosa.
Mañana sigo.
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