Y la muela fue ejecutada.
El dolor de muelas es uno de los horrores del mundo moderno, algo que quien lo haya padecido sabe bien que es bastante sufrido, lo que nos hace acudir a esos temidos entes conocidos como dentistas. En mi caso, gracias a varios años de negligencia dental por mi parte, son no pocas las veces que tengo que ir, y en esta ocasión la culpable ha sido una muela que ya me causó un feo flemón hace un par de semanas. La solución: desvitalizar la muela, lo que viene siendo matar el nervio para que no moleste.
El martes tocó la fase previa, que era la de investigación, ya que era necesaria una radiografía para encontrar a la culpable, que no era plan de endodonciar todas ahí a lo loco. Y hoy ha sido la operación en sí, que no es que sea especialmente dolorosa, pero sí desagradable. Primero, porque se hace largo, ya que te tiras ahí 45 minutos con la boca abierta mientras te hurgan, y además tienes todo el festival de sabores de la anestesia, o el aroma a quemado, o el zumbido del torno dando directamente al cerebro. y no menos desagradable es, claro, la parte de pagar los honorarios del dentista, para lo que me temo que no hay anestesia.
Y esto aún no ha acabado, ya que el martes toca la segunda parte, que es lo que viene siendo la reconstrucción de la muela. a ver qué tal.
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