Ricoliciosa y saludable.
Lo que en la foto podría a simple vista parecer una ración de patatas fritas no lo es. Es un tupper de piña, fruta a la que soy bastante aficionado en verano, sobre todo cuando hace calor, y es raro el día en el que no cae uno de estos.
Y la verdad es que es curioso, porque mis manías con la comida son horribles, hasta el punto de que si algo lleva verdura soy prácticamente incapaz de comerlo, y el esfuerzo para ingerirla es demasiado grande. Por suerte no me pasa con la fruta, que siempre la he tolerado, evolucionando esa tolerancia a la predilección, sobre todo últimamente, llegando a extremos en los que tengo ganas de picotear algo y ya no voy a por chuches, voy... a por fruta.
Me entra hambre a media tarde y, teniendo galletas de chocolate en casa, en su lugar como fruta. ¿En qué clase de monstruo me he convertido?
En uno un poco más sano, supongo.
En uno un poco más sano, supongo.
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