Esa es.
Tras una larga temporada sin ir, tanto que se me había caducado el carnet de las piscinas, hoy he retomado el contacto con el agua, lo que en verano es un refrescante sustituto del gimnasio. Sobre todo esos días en los que la temperatura rebasa la barrera de los 35 grados y no apetece ponerse a corretear.
Después de haberlo estado demorando demasiado, ayer por fin me acerqué al polideportivo de Deusto, para que ahí me dijeran que tenía que ir a San Ignacio, y ahí que me fui, bajo el sol horrible, y una vez llegué me arrepentí de no haberme llevado los bártulos piscineros, ya que podía haber entrado ya, y el chapoteo de la piscina sonaba delicioso en contraste con el horroros calor.
Hoy sí que no he perdonado, y tras otro paseo de 3 kilómetros (se puede ir en metro, pero así aprovecho y ando) he ido a recoger el carnet, y de paso a darme por fin ese ansiado baño. Y bien buena que estaba el agua.
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