El salto de fe no podía fallar.
Pensaba que la película iba a ser peor. Lo que no quiere decir que me haya parecido buena, claro, pues no lo es. Empieza muy bien, es verdad, con una introducción muy esperanzadora, unas escenas trepidantes, una fidelidad al concepto del videojuego y un apartado visual impecable. Pero agota rápido su traca y va degenerando un poco al sinsentido de los palos porque sí, especialmente porque el guión empieza a recibir agua por sus innumerables agujeros. Así que, uniendo esto y el "la esperaba peor" del principio, uno puede imaginarse las expectativas con las que iba yo al cine (y preguntarse por qué me sigo haciendo estas cosas, pero bueno, no tengo remedio).
Me gusta de la película que han tenido la sensatez de no coger los personajes del videojuego y retorcerlos hasta dejar una masa pulposa que solo coincide en el nombre y en su lugar crear otros. Aquí no veremos a Desmond, a Ezio ni Altaïr, sino que inventan personajes nuevo: Aguilar de Nerja, un asesino de 1492 (ojito con las ampollas que pueda levantar en la caverna que los buenos en la toma de Granada sean los musulmanes y los malos los cristianos) y su descendiente Callum Lynch, quien en el presente se conecta al Animus para recuperar sus recuerdos y encontrar el codiciado fruto del Edén.
Sí que sale, por supuesto, Abstergo, y es un detalle positivo que el Animus reproduzca físicamente los movimientos que se recuerdan (que lo hace, dentro de la pipada, más creíble que en el videojuego), e incluso ofrecen algún detalle interesante.
Siguiendo con las cosas buenas, la fotografía es muy del estilo del videojuego, hasta el punto de que en ocasiones nos parece estarlo viendo en pantalla grande, y eso es de agradecer, aunque también es cierto que tiene pinta de estar excesivamente orientada a conocedores de Assassin´s Creed. Sin embargo esto es difícil de valorar.
He dicho cosas buenas, que las tiene (añado otro detalle que me gustó: Javier Gutiérrez muy bien como Torquemada, tomándose en serio este sarao), pero hay que decir también las malas, que no son pocas. Y la verdad es que ya las he anticipado al escribir la crítica, pues es un claro "de más a menos" en el que el guión cojea muchísimo y sobre todo el final no hay por dónde cogerlo, tumbando toda suspensión de la incredulidad, ya que hay cosas que no tienen sentido. SPOILERS INCOMING:
"Encierren a todos esos asesinos en esa sala llena de armas, y si se amotinan envíen a los guardias de seguridad, pero con porras, no sea que con una pistola o un táser le vayan a hacer daño a alguien". ¿Qué es lo que ha podido fallar ahí?
"Encierren a todos esos asesinos en esa sala llena de armas, y si se amotinan envíen a los guardias de seguridad, pero con porras, no sea que con una pistola o un táser le vayan a hacer daño a alguien". ¿Qué es lo que ha podido fallar ahí?
Tampoco me gusta que si bien el comienzo empieza muy fiel a los videojuegos, luego meten un par de anchoas que hacen difícil integrar esta película en la ambientación. Una es el McGuffin del fruto del Edén, cuya historia choca frontalmente con lo que hace en el juego (y mira que era fácil sencillamente inventar otro artefacto). Pero bueno, no me quejo tanto de que sea un mal recurso, sino de que es una pena que no se valgan de ello para acrecentar el universo Assassin´s Creed.
Sin embargo, peor es la otra. Vamos a ver, juguemos a creernos que el Animus es una máquina que decodifica recuerdos de mis antepasados, que de alguna forma se han quedado en mis genes y que me permite reproducirlos, como quien reproduce un DVD. ¿Me puede alguien explicar cómo llegan hasta mis genes los recuerdos de un antecesor que ya ha concebido? ¿Y lo de ver a los antepasados como quien ve a Yoda y Obi Wan Kenobi? Y ya, para rematar, esas medidas de seguridad en la que se supone que es la sede central de una organización secreta, adinerada y poderosa como son los Templarios... he visto colas de supermercado en las que era más difícil colarse.
El final queda deliberadamente abierto, lo que hace suponer que si la taquilla acompaña lanzarán una secuela, aunque no lo tengo yo eso muy claro.
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