Hoy, en "traducciones creativas".
Es inevitable ver en esta película ciertas reminiscencias al "No es país para viejos" de los Cohen, aunque con la diferencia de que es bastante más sencillo sentir simpatía por la pareja de atracadores, que no dejan de ser los protagonistas, que por el infame Anton Chigurh de Bardem (infame, digo, por lo malvado del personaje y por su peinado).
Con toques de western moderno y a veces aire de road movie, cuenta la historia de dos hermanos que se dedican a atracar pequeñas sucursales de la zona rural de Texas y paralelamente la de la pareja de rangers que tiene ante sí dos duras tareas: capturar a los atracadores y soportarse mutuamente, pues Jeff Bridges da aquí vida a uno de esos personajes tocapelotas que son muy agradables de ver para el espectador, pero terriblemente insufribles en la vida real.
Con un comienzo ya en harina, metiendo acción desde el principio, poco a poco nos va contando las motivaciones reales de los atracadores y nos muestra quién es el verdadero villano de la historia, hasta desembocar en un final muy cañero, digno de partida de GTA, antes de cerrar con un epílogo que si bien resulta fascinante, deja el final excesivamente abierto aunque funcional.
Cabe destacar la atmósfera de la película, en la que la música country nos transporta a esa Texas de paletos sureños y en la que casi podemos sentir el calor y el polvo de la carretera.
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