Esa es toda la Coca Cola que he bebido este mes.
Por suerte no siempre hace falta que la salud nos dé un toque de atención para adquirir buenos hábitos o desterrar otros negativos. En el caso que nos ocupa, tranquilidad, no me ha pasado nada malo, es simplemente un reto personal que me he impuesto, y es que quiero estar todo un mes entero (septiembre) sin tomar ninguna bebida con gas.
La realidad es que soy bastante aficionado a la Coca Cola Zero, demasiado, y me di cuenta de que la tomaba en una cantidad demasiado grande (sacando cuentas, entre medio litro y un litro al día, lo que es una burrada), y muchas veces, sobre todo si tengo partida, me he llegado a trasegar botellas de 2 litros yo solo como si tal cosa.
Lo cierto es que, salvo algún desorden puntual del sueño en días sueltos en los que haya podido tomar demasiada cafeína, no he sentido nada físico que me haga decir "¡quieto parao!", pero no es menos cierto que no es preciso esperar a que el cuerpo nos manden estas notificaciones, y como ya tenía claro de antes que tanto líquido burbujeante no es bueno para el organismo, así que me dije a mí mismo "voy a ver si soy capaz de tirarme un mes entero sin beber nada con gas".
Pues con hoy ya llevo 9 días, y con excepción del sábado pasado que fuimos a tomar unos cubatas y me tuve que pedir un vodka con ron de naranja (que no era plan empezar mi apuesta haciéndome trampas desde el primer día), no lo he echado especialmente en falta. Parece que era más "vicio" que adicción.
Ahora espero poder estar escribiendo dentro de tres semanas que el desafío del mes sin bebidas con gas, #msbcg, ha sido un éxito.
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