Rabas: un clásico de domingo.
El viernes fue la huelga, después de trabajar, comer y echar la siesta, me fui a Santutxu a una tienda de maderas para seguir mirando suelos, pues en el sitio al que tenía echado el ojo me dijeron que no podían empezar hasta finales de abril, de modo que era preciso un plan B. Lo que me ofrecían me gustó, a ver mañana con el presupuesto. Aproveché también para llamar al pintor, que se supone que empezará el martes. Por la noche a cenar al Enol, un delicioso lenguado a compartir con una persona muy especial, en celebración de algo que dura ya 7 años.
El sábado por la mañana no hice gran cosa (en casa dando al RDR2) y por la tarde, pronto, me fui al cine a ver Mula. Como me suele gustar hacer, volví dando un paseo (así estiro las piernas) y de ahí fui a la lonja, para jugar a diversos juegos, como Los Impostores, Secret Hitler o Homeland, basado en la serie homónima, que me entraron ganas de retomar.
El domingo por la mañana a Otxarkoaga, a hacer otro ensayo de la obra de Angelina, y al haber terminado pronto nos hemos ido a tomar unos potes. Luego a comer a casa de mi señor padre y por la tarde entre una casa y otra, adecentando un poco para cuando venga el pintor.
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