Estrenando camiseta con buen pie.
El viernes tocaba comilona con los del trabajo (el nuevo), pues una compañera se acaba de jubilar y era la despedida. Comida pantagruélica y reencuentro con un ex-compañero de Zabalburu que como había trabajado donde estoy yo ahora, también conocía a la jubilada.
Tras la comida y la sobremesa, me fui un rato a casa y a la lonja, pero poco, que el sábado tenía que madrugar. Concretamente madrugaba para abrir la puerta al electricista y que me siguiera adecentando la casa (la mudanza ya se va acercando).
Por la tarde me voy a Max Center para ver en el cine "¿Qué te juegas?" y vuelvo dando un paseo, que hacía bueno, para tomarme algo con unos amigos y su bicheja, para ir luego a la lonja, donde socializo un poco, juego a cosas, ceno y sobre las 3 (o las 2, según se mire) me marcho a casa.
Domingo por la mañana voy a Miribilla, donde disfruto de una muy plácida y holgada victoria del Bilbao Basket, que aplasta (88-59) al Palencia y se clasifica casi matemáticamente para playoff.
De sobremesa un poco de Red Dead Redemption (nota, confundir el botón de saludar con el de disparar provoca situaciones tan caóticas como divertidas cuando te diriges a una multitud) y luego a seguir con la campaña de Warhammer.
Eso ha sido todo, pero con una hora menos. ¡Vuelven los días largos!
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