Anunciando flanes.
Un clásico de la semana grande de Bilbao es ir a ver a ese maravilloso monologuista que es Goyo Jiménez, ya una tradición por estas fechas.
Esta vez nos presentaba un show con un poco de refrito, todo hay que decirlo, recuperando chistes viejos y combinándolos con otros nuevos, pero con una gracia que hace que ya se puede tirar dos horas contando en bucle el chiste del perro Mistetas, que te vas a reír igual.
Con un humor algo más bruto que en otras ocasiones (yo encantado con eso), tal vez no haya sido uno de sus mejores números, pero tampoco ha sido de los peores (ese diría que fue el de 2016), de modo que salgo otra vez contento y con ganas de repetir.
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