Triste y solo, solo se queda el Mime-etiz...
En circunstancias normales, de no haberse decretado el estado de alarma y no haber tenido que cancelar las #omicron2020 ahora estaría en Zalla, en pleno fregado del montaje para acondicionar el frontón. Habría pasado buena parte de la tarde en la lonja metiendo cosas en vehículos, habría ido a Zalla, me habría acreditado en la pensión, habría cenado algo en compañía de mis amigos y ahora estaríamos montando mesas y sillas, organizando juegos, actualizando el software... y dentro de un par de horas me iría a dormir, pues mañana a las 8 me tocaría estar ahí, para dar el pistoletazo inaugural y acreditar a las hordas de visitantes del primer día.
Por desgracia hoy no tendré jornadas que montar y mañana no tendré que madrugar para estar atendiendo gente de 8 a 14, en algo que se parece sospechosamente a mi trabajo.
Con pena, pero con la ilusión de que si no es este año sea el año que viene, en #omicron2021 cuando esté cagándome en lo más barrido y preguntándome a mí mismo quién me manda meterme en estos fregados.
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